lunes, septiembre 17, 2012


Una vez leí el blog de una chica llamada Micaela López (que ahora dicho blog no existe porque lo cerró) y en una entrada decía que no hay que confiar en nadie porque tarde o temprano todos te cagan. No es que no confíe en absolutamente nadie, pero sí confío en muy pocos de los que me rodean. Hace no mucho ni tan poco, yo tenía un mejor amigo y una mejor amiga (que a su vez están en pareja), pero hoy son tal y como eran lo primero que fueron en mi vida: dos simples desconocidos. El silencio de ella y las palabras de él fueron suficientes para saber que no puedo contar con personas así en mi vida, porque si en mi peor momento los necesité y no estuvieron, no son amigos verdaderos. Me costó muchísimo aceptarlo, y me sigue costando. Su traición me dolió tanto que cerré mi cuenta de Facebook un tiempo, porque no iba a tolerar verlos allí ni me atrevía a eliminarlos... No voy a decir que los odio ni nada parecido, todo lo contrario... Los sigo amando como lo hice por mucho tiempo, soy humana y tengo sentimientos, no tengo porqué mentir sobre el caso. Pero por más amor que les tenga, los siento traidores. Me duele aún tener los mensajes de ella y saber que en algún momento me haya dicho "Obvio que vamos a estar con vos, porque te amamos y queremos que estés bien. Siempre vamos a hacer lo posible para que estés bien." Pero esas palabras no significaron nada, porque en la primera que de verdad les "pedí" algo, me dejaron colgada como si nada... No encuentro palabras para decir lo que de verdad siento al respecto. Me duele que hayan actuado así. Me pregunto si de verdad alguna vez me quisieron y si todas las palabras que me dijeron fueron verdaderas, porque con esto que pasó yo creo que no, sólo ellos lo sabrán.