jueves, agosto 18, 2016


TGIF

Estoy cansada de estas idas y vueltas. Harta de no saber qué somos ni qué sentimos. Y si por mi fuera, lo seríamos todo. Te daría eso que crees no poder volver a sentir y seríamos infinitos. Lo serías todo para mí. Si sos importante para mí sin ser nada, siendo algo serías incluso más que todo porque el todo se quedaría chico comparado con el inmenso lugar que ocupas en mi vida sin siquiera saberlo.
Me duele no ser esa de quien hables. Me duele poder tener a cualquiera menos a quien realmente quiero tener conmigo. Me duele ver ese retazo que rodea tu muñeca y saber que sufriste por alguien que no te mereció. Me duele que te creas incapaz de volver a sentir algo por alguien. Me duele que me trates tan indiferentemente cuando no estamos solos y me trates como realmente me gusta cuando ya no queda nadie mas que nosotros. Me encanta saber que ese abrazo te nació natural y no fue forzado. Me duele todo con sólo pensarte. Los ojos me empiezan a lagrimear y es que duele verte y no poder actuar como realmente me gustaría. Porque ahora las cosas vuelven a cambiar una vez mas y estoy cansada de ser quien siente y quiere demostrarlo, cuando vos sólo sentís pero lo ocultas de la mejor manera. Porque te avergüenzo quizá, o tenes miedo tal vez. Y es que ambas opciones me molestan, porque son meses de juegos e idas y vueltas y la cabeza me va a explotar. Uno de estos días voy a reventar y no sé que podría pasar: las opciones son múltiples y ya no sé en qué creer cuando de vos se trata. Seríamos todo, pero somos nada. Y sé que te gustaría que fuéramos al menos algo, pero ya dejó de depender de mí esa decisión. Ya no se puede volver atrás. Lo dicho, dicho está, y mis lágrimas se secaron por fuera, pero por dentro sigo llorando en un vacío que no tiene filtro. Tus acciones son superiores a tus palabras, pero son estas últimas las que duelen. Confusión, eso es lo que siento cada vez que escucho tu nombre o te veo a la cara. Ni siquiera puedo dejar de compararte con otros, porque encuentro en vos algo que nadie más tiene. Supiste ver a través de mí como nadie antes. Debe ser ese sentido del humor tan característico tuyo que no me deja desprenderme de tu esencia. Porque no me molestan siquiera tus defectos, hasta los comprendo y estaría dispuesta a aceptarte por quien sos y no por lo que crees quiero. Si me dejarás entrar, seguirías teniendo miedo, pero ¿acaso ganas algo cerrándote de esta manera? Sólo te cagas en mi y seguís en tu propia mierda. Y estas palabras sólo puedo decirlas en esta pantalla, porque nadie podría entender tan retorcida situación.